Ripley

​ ​No está tan mal ver, de vez en cuando, algo solo por la belleza y dedicación que te transmite, aunque no te haya acabado de convencer lo que cuenta. ‘El talento de Mr. Ripley’ es una novela negra escrita en 1955 por Patricia Highsmith que nos traslada a la Nueva York de los años 60, donde Tom Ripley, un estafador de la ciudad, se verá envuelto en un trabajo a sueldo por Italia. 

​ ​No digo tanto aquello de que no me gusta algo porque siempre suele gustarme lo que veo, en general, pero es verdad que para convencerme de que me guste un thriller psicológico tan pausado y tan contemplativo han tenido que convencerme muy bien y, bueno, así ha sido un poco. Netflix ha apostado por llevar a las pantallas de la gente la serie producida por Showtime y no creo que hayan fallado, en absoluto, en el juego y la dinámica que querría haber visto Patricia Highsmith.

​ ​Es un hito para la televisión decir que cada uno de tus planos es como un cuadro, que cada detalle importa por el mimo que se le ha dado y que cada diálogo está cogido con una minuciosa atención, pero eso no quita que acabe pesando más la forma que el fondo, y no pasa nada por admitirlo. He estado viendo muchos tweets y opiniones de quiénes han visto la serie y no deja de sorprenderme que absolutamente todo el mundo la pone por las nubes, no hay negros ni grises, solo blancos. Me siento un poco como la oveja descarriada que viene a hablar mal de algo que ha gustado y está gustando tanto a nivel global, pero me es imposible no comentar sinceramente lo que para mí han sido errores que dejan una obra mucho peor de lo que podría haber sido. 

​ ​Para empezar, entiendo que se quiera dar un toque noir al asunto para hacerlo parecer más interesante o más académicamente idóneo, pero, aparte de lo estético que pueda ser hacer un thriller en blanco y negro, no hay mayor razón para quitarle el colorismo a los años 60 y hacer que parezca una guerra de bandas entre mafiosos italo-americanos de los años 40, no la hay. 

​ ​Obsesión, engaños, misterios, crímenes y vuelta a empezar. Obsesión, engaños, misterios, crímenes y vuelta a empezar. Así es como se desarrolla la trama durante sus 8 episodios, porque si hay algo más va tan sumamente lento que es imposible estar concentrado más de dos capítulos seguidos, ni aun después de varios giros. Ver a un personaje increíblemente bien interpretado, cuyo atractivo reside en como va a ir saliendo de los enredos en los que él mismo se ha metido, es, si me lo permiten los fans más acérrimos, cansino.

​ ​Y lo siento por la forma porque, de verdad, es muy buena. Técnicamente hablando ‘Ripley’ (Steven Zailian, 2024) está a un nivel superior al resto, es una auténtica joya. Fotografía espectacular con composición de planos fijos que son arte, una dirección que te permite observar y contemplar todas las escenas como un vouyer, metáforas visuales a montones, las sutilezas de los detalles en la puesta en escena y en, obviamente, las actuaciones. En todo momento, nosotros, como espectadores, acabamos formando parte del engaño, la falsedad y la persuasión, pero, claro, tienes que entrar de lleno en la serie porque si no nada de lo que veas te acabará de convencer. 

​ ​En definitiva, que lo objetivo, como hemos dicho, no lo es todo, pero al menos es una serie que su cascarón me ha sorprendido y gustado lo suficiente como para quedarme hasta el final. Una serie de catastróficas desdichas, bellas y muy autorales, sí, pero llena de calamidades que, al final, no convencen. 

★★★

#Cinealaderiva

13 de junio de 2024