Ricky Stanicky

​ ​ ​Todos hemos vivido ese sábado o domingo donde no hay Fórmula 1, ni tenis, ni fútbol y el zapping nos lleva a una película cutre de tarde en Antena 3, y nos quedamos hasta el final porque, admitámoslo, no tenemos nada mejor que hacer. Eso es un poco 'Ricky Stanicky', una película que no recordarás dos días después de haberla visto pero que tiene el encanto suficiente para hacerte pasar un buen rato.

​ ​De hecho, yo soy muy fan de las películas que solo sirven para desconectar un rato, echarte unas risas y olvidarte de tus problemas durante un par de horas, porque el cine también sirve para eso.

​ ​Dirige Peter Farrelly, uno de los nombres más importantes en la comedia estadounidense. Empezó con uno de los clásicos que propulsó la carrera de sus dos protagonistas, 'Dos tontos muy tontos' (1994); para confirmar su comedia absurda, irreverente y desenfadada en 'Algo pasa con Mary' (1998), que tiene, sin duda, una de las mejores secuencias de la historia del cine (cuando Ben Stiller se pilla el huevo con la cremallera). Su filmografía, muy ligada obviamente a Jim Carrey, fue saltando de comedia en comedia, con bizarradas como 'Movie 43' (2013), hasta que en 2018, para sorpresa de todos, nos entregó 'Green Book', ganando el Oscar a mejor película con una comedia social tremendamente divertida, aunque quizás algo normalita en su drama, que se ganó el corazón del público.

​ ​La idea de su nueva película no está nada mal, un grupo de amigos se inventa un colega imaginario para librarse de culpas o tareas, y así poder disfrutar de la vida sin dar explicaciones, hasta que sus familias les obligan a presentar al amigo imaginario y contratan un stripper (John Cena) para interpretarlo. 

​ ​Cuando una mentira llega demasiado lejos y solo queda continuar hasta que todo caiga por su propio peso. El MVP de la película, y ya lo lleva siendo en todos los proyectos en los que participa, es John Cena. Tiene algo especial, carisma ilimitado, tiempo cómico perfecto, muchísima facilidad para incorporar el humor a sus propios gestos... Es uno de los mayores descubrimientos de los últimos años.

​ ​ ​Es obvio que a este tipo de filmes no le puedes pedir una gran fotografía o dirección, porque no buscan nada de eso, pero tiene el filtro feo de plataforma donde todas las películas son exactamente iguales en paleta de colores, planos súper holgazanes y un ritmo de montaje aburrido. Prácticamente todo el mainstream de plataformas, sea cual sea el género, desde 'Alerta Roja' (2021) hasta 'The Grey Man', se apodera un "filtro" donde todo esta enfocado y tiene exactamente el mismo color y distribución, porque la realidad es que todo y nada es importante, y a mí, por lo menos, me aburre bastante. Por hacer un símil, todos sabemos como luce una hamburguesa del McDonald's y una casera de un buen restaurante. 

​ ​Así que si combinamos estos elementos, historia simpática, actores pasándolo bien, un poquito de drama y mensaje sobre la amistad y una dirección fast food, nos da una película divertida pero que se queda lejos de algo más recordable como pueden ser las primeras películas de Farrelly. Eso sí, solo por la escena de la gestualidad de las pollas en el discurso, ya vale la pena.

★★ ½ 

#Cinealaderiva

14 de abril de 2024