Godzilla y Kong: El nuevo imperio

​ ​Si algo han dejado claro las películas del universo de monstruos de Warner y Legendary Entertainment es que el público ha dejado de lado el interés por las tramas humanas y el desarrollo más realista que podrían tener sus primeras películas, sobre todo la ‘Godzilla’ de Gareth Edwards de 2014, o la reciente y excelente serie de ‘Monarch’ (Chris Black y Matt Fraction, 2023). La gente no quiere ver atmósferas tétricas ni thrillers políticos envueltos de fantasía, aunque esto le pueda pasar factura a algunos elementos, porque tiene claro que ahora lo que le interesa son BATALLAS DE KAIJUS EN PANTALLA GRANDE.

​ ​No es invención nuestra, sino que la taquilla lo está demostrando y argumentando perfectamente. En un momento donde la gente no va al cine, la explosión de colores, aventuras y fantasía que ofrecen las películas de Kaijus, donde la diversión y la acción clásica de los blockbusters imperan sobre una trama más compleja que se tome en serio a sí misma, ha sido la clave del éxito estos últimos años. Hemos conseguido, por tanto, una superposición de las peleas de monstruos entrando en el centro de la cuestión, mientras que los humanos han sentido su tiempo en pantalla mucho más reducido. ‘Godzilla y Kong: El nuevo imperio’ (Adam Wingard, 2024) es el ejemplo y culmen de todo esto, aunque estamos seguros de que en el futuro va a ir a más.

​ ​Hay ejemplos de films que a pesar de sus absurdos y tramas desaprovechadas, fardando de estilo vacío, intentan tomarse en serio a sí mismas y buscar algo más. No funciona. Si haces una película tan mamarrachera buscando algo más que el desfase y pasártelo bien, no funcionará. El espectador sabe a lo que va al cine y le pide a las productoras que también se enteren y les den lo que buscan. No es tan complicado, películas como la reciente 'El protector' (David Ayer, 2024) llevan ese espíritu en sus células. Hacer que el público pueda desconectar de sus vidas 2 horas y, además, intentar ser todo lo desfasadas (en el buen sentido) que puedan. 

​Cuando sale un nuevo tráiler de una película del Monsterverse, la gente ya sabe que tiene que dejar de buscar algo realmente serio. Solo tiene que comprar su entrada, sentarse en su butaca y despertar a sus niños interiores que buscan evadir sus responsabilidades y ver a monstruos gigantes darse de tortas, mientras destruyen un par de pirámides en el acto.

​ ​El propio director del film ya nos iba avisando antes de su estreno. Su visión de todo esto siempre ha sido: más kaijus y menos humanos, al menos en el cine. Y no podemos decir que no le dejan mostrar sus versiones e ideas tal y como las quería. El cine de monstruos llena salas desde que​ estos son los relevantes del asunto (aunque a Godzilla cada vez le dan menos tiempo en pantalla para que Kong, el niño mimado de EE. UU., pueda brillar más). 

​ ​Además, hemos visto como la saga se ha dividido en distintas variantes que marcan los géneros y los tipos de obras que iremos viendo:

​ ​En primer lugar, el cine. Desde que se estrenó 'Godzilla: Rey de los monstruos' (Michael Dougherty, 2019) la dinámica cambió y los thrillers de aventuras, con profundidad psicológica y casi de terror, que llevábamos viendo, se esfumaron. Todo eso pasó a un segundo plano y la importancia empezó a residir en el lore narrativo de lo fantástico. Mientras que Godzilla era una figura casi terrorífica, de hecho muy ligado al cine de terror, y a Kong lo conectábamos con un thriller de aventuras similar a 'La ciudad perdida de Z' (James Gray, 2017), ambos empezaron a perder su misticismo para pasar estar envueltos por una atmósfera cómica basada en: a ver quién pega más fuerte.

​En segundo lugar, las series. No sabemos si el factor cómico común de las últimas tres películas va a cambiar en el futuro, tal vez con una protagonizada por algún kaiju diferente o un Godzilla volviéndo a sus orígenes, como en la reciente y exitosa ganadora del Óscar a mejores VFX 'Godzilla Minus One' (Takashi Yamazaki​ , 2023), la cual tenéis disponible en Netflix desde hace unas semanas. Sin embargo, de momento, tenemos confirmada segunda temporada de la serie 'Monarch' y algún spin-off que nos van a ofrecer esa vertiente sociopolítica tintada como thriller de espionaje y armas, centrada más en la parte humana, que nos desarrollará los sucesos entre eventos y profundizará tanto en la psique de los personajes como en la narrativa, el misticismo y los secretos de estos mundos.

​ ​'Godzila y Kong: el nuevo imperio' no deja de ser una película que ha triunfado, en especial, porque sabe jugar sus cartas a la perfección. Son casi dos horas de puro disfrute donde sus partes más flojas y que, por tanto, entorpecen su ritmo, son las protagonizadas por los humanos, a pesar de su bajada sustancial de minutos. En aspectos técnicos no deja a nadie indiferente, siento que he escuchado muchos argumentos de que los bichos en parado se ven geniales, pero en movimiento se les ven las costuras; que la fotografía es básica y no cumple los estándares foto-realistas a los que nos están acostumbrando hoy en día; o que la música es prácticamente irreconocible...

  ​ ​Bueno, dejadme dudar de absolutamente todo esto cuando estás queriendo poner el estándar altísimo en una peliculita que lo único que quiere es hacernos saltar del asiento a lo Leonardo DiCaprio para decir: ¡ey!, a ese bicho lo reconozco; ¡dios!, ahora Godzilla es rosa, ¡¿qué?!; o ¡OMG! Kong está dándose de tortas contra otros simios usando... ¡A UN SIMIO BEBÉ!

​ ​Lo siento si no cumplo yo tampoco vuestros estándares de profesionalidad, pero es que nunca en la vida le voy a pedir a estas películas ser lo que no son, al igual que voy a seguir saltando del disfrute que me da cada vez que Godzilla se tira de cabeza al mar, lanza rayos láser o se pone a dormir la siesta dentro del Coliseo; así como cuando Kong, como buen simio gigante, hace cosas de simio gigante, como darse de leñes con un hacha recargada de energía del cosmos. 

​ ​Solo me queda por decir: café para cafeteros, a quien no le guste que se vea la serie (o no) y ¡larga vida a los monstruos!

★★★ 

#Cinealaderiva

24 de junio de 2024