El exorcista: Creyente

​ ​Igual el nombre de David Gordon Green no os suena de buenas a primeras, no es una celebrity dentro del star system de Hollywood, pero lleva unos cuantos años amasando una buena fortuna para Blumhouse, la compañía que está detrás del 80% de los títulos del terror mainstream contemporáneo.

​ ​La productora norteamericana ha creado una especie de monopolio que controla gran parte de las secuelas de exitosas cintas de horror de este o el pasado siglo como 'Halloween' (John Carpenter, 1978), 'La Purga' (James DeMonaco, 2013), 'Insidious' (James Wan, 2010) o 'Paranormal Activity' (Oren Peli, 2007), más ahora 'El exorcista' (William Friedkin, 1973); con las que se aseguran éxitos inmediatos. Pero también es la responsable de joyas del terror independiente con las que podríais pasar un buen fin de semana: 'The Lords of Salem' (Rob Zombie, 2012), 'Sinister' (Scott Derrickson, 2012), 'Creep' (Patrick Brice, 2014), 'La visita' (M. Night Shyamalan, 2015) o 'Déjame Salir' (Jordan Peele, 2017).

​ Green se ha encargado estos últimos años de la trilogía de 'Halloween', que obviaba las secuelas antiguas y restablecía la trama 4 décadas después de la original. Esta nueva historia dejaba mucho que desear -aunque yo sigo defendiendo algunas buenas ideas de 'Halloween Ends' (2022)-, pero, en general, era una pobre reinterpretación del espíritu de Carpenter plasmado en tres películas con momentos puntuales grandiosos, para muestra la secuencia de los bomberos en 'Halloween Kills' (2020); pero que, en general, no aportaban absolutamente nada a un personaje que no necesitaba ser resucitado de esa forma.​

​ ​En este contexto de remakes innecesarios, después de la última entrega de 'Halloween' se anunció que el mismo director se haría cargo una secuela de 'El exorcista' que veremos si deviene en una nueva franquicia porque, aunque los primeros indicios apuntan al batacazo de la cinta, esto es Hollywood, el lugar de lo inexplicable. 

​ En cierto modo, no voy a negar que hablar de 'El exorcista: Creyente' duele un poco bastante, no porque sea buena o mala (ya os avanzo que es lo segundo), eso es trabajo de cada espectador decidirlo; sino porque no hay mucho contar, y eso es peor. Cuando llevas vistas muchas películas te das cuenta de que lo importante en el cine no es si estás delante de una obra maestra, una bazofia o una mediocridad, la palabra clave es interesante. Pueden ser detalles, al completo o gestos imperceptibles, pero no hay nada peor que un film del que te vas a olvidar dos horas después de haberlo visionado.

​ ​Y este es el caso de la película de Green, un amasijo de personajes sin mucho carisma, escritos con tinta barata para no gastar mucho, una trama predecible e insípida y un recital de terror tan usado como la versión de la Biblia de la Iglesia de tu pueblo.

​ La historia propone un par de tramas interesantes sobre la pérdida, pero estas acaban siendo un simple decorado que no afecta en nada al desarrollo del terror, que, si me apuras, se ve lastrado por situaciones dramáticas muy poco creíbles. Además, no veo mucho el sentido de ponerle a esto 'El exorcista' cuando lo único que tiene de la obra maestra del 73' es un personaje, al cual no mencionaré para no hacer spoiler, que si no hubiese estado en la trama a nadie le hubiese importado. 

​ ​Es un cameo para justificar el marketing que vende a esta como la renovación de la saga y acercarla a las nuevas generaciones para las que una película de 2018 ya es más vieja que la Alhambra. En este sentido puedo entenderlo, si quieres iniciarte en el terror, esta cinta tiene pocas barreras que te lo impidan, pero no queda nada del espíritu de la película del recientemente fallecido William Friedkin, que construyó un monumento de capas inacabables y escenas de terror memorables.

​ ​No creo que haya nada en la cinta de 2023 que nos haga recordarla, al menos, un tiempo. En vez de haber una poseída, ahora son dos, en vez de una relación madre-hija, ahora es padre-hija; y en vez de un cura, ahora tenemos 5 personajes que ni juntos llegan al nivel del Padre Damien Karras (Jason Miller; Finding Home, 2003). En cuanto al terror, hay alguna cosa interesante al final del exorcismo, sobre todo en cuanto a fotografía, pero si has visto más de dos películas de este género, esto te va a dar el mismo miedo que un video de bebés riendo.