El asesino

El nihilismo del samurái

por David Castiella

The Killer | David Fincher

EEUU, 2023 | 118 minutos

Guion: Andrew Kevin Walker, de la novela gráfica de Alexis Nolent

Elenco princpal: Michael Fassbender, Tilda Swinton, Charles Parnell

Archaia EntertainmentParamount Pictures, Plan B Entertainment, Boom! Studios, Panic Pictures, Netflix


​En 1967, justo antes de que el cine norteamericano rompiera los moldes clásicos y transformase el cine en algo más parecido a lo que entendemos ahora por ese término; en el país vecino Jean-Pierre Melville, padre del polar francés, estrenó ‘El silencio de un hombre’, aunque mucho mejor es su título original que viene perfecto para esta crítica, ‘Le Samourai’.

​“No hay mayor soledad que la del samurái, excepto quizás la de un tigre en la selva”. Esta frase repetida por Melville forma parte del bushido, conocido como el camino del guerrero, una serie de códigos éticos a los que los samuráis debían entregar estrictamente su vida. El director francés no estaba interesado, como sí lo estaba Akira Kurosawa (Madadayo, 1993), en plasmar la vida del guerrero samurái en todas sus vertientes: la lucha, el honor, las peleas, el sable, el juego de tronos, la servidumbre… sino en un único específico elemento de los luchadores japoneses de antaño, el código. Cogió estos preceptos y los plasmó en el cine negro. A diferencia del policial o criminal, el punto de vista no está en la investigación o los actos delictivos, sino en la propia idiosincrasia de sus personajes, los valores, sus personalidades y como estas se ven afectadas por el contexto.

​Volviendo a Melville y a su ‘Le Samurai’, el francés consiguió en su film concentrar la soledad de un policía y llevarla hasta el extremo: puesta en escena minimalista, depuración máxima de decorados, inexpresividad actoral, eliminación de los valores morales clásicos, supresión del tono a una única nota… dejando que su película fuese un bloque de hielo absoluto e impenetrable, o, lo que es lo mismo, haciendo de su apatía una de las mejores cintas de la historia del cine.

​Después de este tostonazo, y esperando que tenga algún sentido en la crítica, David Fincher (Mank, 2020) recoge la cosecha que dejó plantada Melville en su día y se la apropia para hacer la mejor película del año. Con narrativa capitular, cuenta la historia de un mercenario, interpretado por un soberbio Michael Fassbender (X-Men: Fénix Oscura, 2019), que falla en una misión y debe enfrentarse a las automáticas consecuencias de su fracaso. 

​Podríamos decir que ‘El asesino’ es una película de venganza y no erraríamos el tiro, pero la concepción que tenemos de estas cintas podría confundir al espectador. Esto no es la saga de ‘John Wick’ (Chad Stahelski) o ‘El protector’ (Antoine Fuqua, 2014), nada tiene que ver con la estilización épica de la violencia, sino todo lo contrario, darle a esa consecución de matanzas la pausa y profundidad psicológica de los samuráis franceses.

​Como Nicolas Winding Refn (El demonio neón, 2016), Paul Schrader (Master Gardener, 2022) o Lynne Ramsay (En realidad, nunca estuviste aquí, 2017), Fincher hace suyo este patrón estético y narrativo con su ya bien probado ritmo vertiginoso, donde las imágenes fluyen con un flow y sensualidad tremendas. No estamos delante de la frenética ‘El club de la lucha’ (1999) o ‘Perdida’ (2014), sino más bien ante la garra narrativa de ‘La red social’ (2010) pero con una mayor depuración. 

Imagen procedente de Netflix.



​‘El asesino’ es todo hueso, no hay nada redundante ni artificioso en su escenografía, dejando que sea la propia historia la que se cuente sola, con un Fincher menos protagonista en su marca estética pero más maduro en su dirección, sabiendo acumular perfectamente en cada momento la información necesaria. Cuando su protagonista está elaborando el plan, todo se detalla con meticulosidad, lentitud y repetición, pero cuando este plan se ejecuta (tal vez no de la forma que desearía) la imagen se acelera y pasa a ser menos limpia.

​Seguramente es lo más diferente que ha hecho el director en su vida, aun estando en los géneros que tan bien ha cosechado. Digo diferente porque películas como ‘Seven’ (1995)  'Zodiac' (2007) o ‘Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres’ (2011) contienen narrativas complejas donde el espectador siempre está por detrás de la historia sin saber muy bien lo que va a pasar.

Imagen procedente de Netflix.

​Aquí es todo lo contrario, siempre acompañamos al protagonista en sus pensamientos, donde su código se repite con una voz en off apática y bajo control que se contrasta con unas imágenes que esconden todas las emociones que desea suprimir. Ahí está la magia de la dirección de Fincher, que en su puesta en escena más refinada y huesuda alberga en cada plano un archivo repleto de información conectando perfectamente con el siguiente fichero. 

​ Tampoco creáis que cuando llega la violencia no vemos esas escenas que animan cualquier película, como una buena pelea, pero incluso en estos momentos el tono está más centrado en el suspense y el camino que transcurre previamente que en la propia secuencia de lucha. De esta forma, 'El asesino' es su mejor película desde ‘Zodiac’, la mires por donde la mires, excelente en cada departamento y destinada a ser un clásico del cine noir al que volver una y otra vez. 

¡Viva Fincher y la madre que lo parió!

★★★★★


#Cinealaderiva

14 de noviembre de 2023 

en Cine
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