por David Castiella
All of Us Strangers | Andrew High
Reino Unido, 2023 | 105 minutos
Guion: Andrew High
Elenco princpal: Andrew Scott, Paul Mescal, Claire Foy, Aaron Pierre, Jamie Bell.
Blueprint Pictures, Film4 Productions, Fox Searchlight, Fox Searchlight.

- ¿Estás bien?
- No.
Si le preguntasen a los espectadores después de ver la película si se sienten bien, probablemente obtendrían una respuesta similar a la que da el protagonista de la misma. Preparar pañuelos e intentar encontraros en un estado mental positivo porque sino esto, probablemente, os hunda el resto de la semana.
Aún no entrando en la lista final de nominadas para los Oscar, tengo la sensación de que el simple reclamo de Paul Mescal va a hacer que esta película la vea bastante gente. El actor irlandés es una indudable estrella que aún puede serlo más cuando se estrene Gladiator 2 y se convierta en el principal reclamo de Hollywood, que bien merecido tiene porque, por otra parte, es el mejor actor de su generación (algún día tengo que hacer la crítica de 'Aftersun' (Charlotte Wells, 2022), una de las cumbres del cine contemporáneo).
He de decir que tenía mis dudas incluso en los primeros momentos de visionado. Andrew Haigh es un director inglés del que solo había visto dos largometrajes, '45 años' (2015) y 'Lean on Pete' (2017). '45 años' tenía una premisa fascinante, en la celebración de 45 años de casados él recibe una carta donde dice que han encontrado el cadáver congelado en un glaciar de su primer amor, lo que provoca la desintegración de la pareja con una Charlotte Rampling histórica. En 'Lean on Pete' se nos contaba la historia de un joven cowboy y su solitaria andadura en el camino de la madurez. Ambas son películas que poseen ideas buenas, pero una ejecución con la que yo no terminaba de casar, puesta en escena muy afectada, melodrama pasteloso y momentos fuera de tono.
Quizás eso también pase en 'Desconocidos', porque el argumento gira entorno a Adam (Andrew Scott; National Theatre Live: Vanya, Sam Yates, 2024) que una noche tiene un encuentro con un vecino, Harry (Paul Mescal); quien despierta en el una serie de sentimientos enterrados que le hacen volver a su casa donde conversa con sus padres, que fallecieron cuando él era un niño en un accidente de tráfico.
Precisamente, es un argumento del que yo huiría despavorido, me sé en que terreno suelen acabar estas películas y es uno que yo no disfruto. Pero que bonito es equivocarse y más aún con una cinta como 'Desconocidos'. Adaptando la novela de Taichi Yamada, Haigh ha realizado una labor de orfebrería sentimental a la altura de grandes maestros como Almodovar -me encanta como esta película hace una rima con 'Volver' (2006)-.
Imagen procedente de 20th Century Studios.
Las conversaciones con sus padres muertos, siempre en el terreno del realismo mágico (representación de elementos fantásticos en un entorno cotidiano),
son de una honestidad que barren al espectador como si fuese una mota de polvo más. Es impresionante como la delicadeza y brusquedad de entablar un diálogo con sus padres, que fallecieron cuando era solo un niño, se puede tratar de una manera tan cuidadosa, de forma que no se lleve a un terreno ñoño, pasteloso y facilón, sino que se va construyendo un juego donde todo el mundo acuerda creerse ese elemento disonante. Porque hay algo tremendamente humano en ver un hombre adulto volverse un niño ante la mirada de sus padres y sincerarse sobre que se siente totalmente miserable, perdido y abatido por el trauma que arrastra.
Haigh fractura la mirada cinematográfica a través del cine, de un relato paralelo. Mientras Adam se desmorona ante sus padres, se construye una relación con Harry, el misterioso vecino, donde el sexo funciona como pequeños parches donde aparcar por un momento el drama, aunque las heridas sean tanques y la tirita una piedra en el cañón esperando a ser pulverizada. Porque 'Desconocidos', dentro de ser una de las tragedias más descorazonadoras del cine reciente, es una película sobre aprender a amar, sea lo que sea lo que quiere decir eso.
De alguna forma Andrew Haigh plantea un salto al vacío, uno muy oscuro y terriblemente cruel, pero también tremendamente valiente. La cinta es un deleite estético, muy en el terreno de Terrence Malick, con esa cámara que se desliza por las estancias y una luz muy agresiva. Todos los actores están increíbles, pero la fisicidad, mirada y articulación de Andrew Scott es sin duda algo de otro mundo, y hay que rendirse ante una de las actuaciones más poderosas de los últimos tiempos.
★★★★
#Cinealaderiva
3 de marzo de 2024