por David Castiella
Con Netflix nunca te puedes fiar hasta que se acerca fin de año y empiezan a sacar todos sus productos de calidad en la extravagante carrera de los Oscar, donde de repente todos los actores y actrices son majísimos, así que 'Dejar el mundo atrás', valga la redundancia, no se ha quedado atrás. Si por algo llama la atención es por su cast, un reparto de lujo que encabeza uno de los thrillers más interesantes del año.
No, esta no es una película que vaya a estar en la carrera de los Oscars porque no se acerca al modelo de película que se premia en este aburrido certamen, pero es curioso como Netflix concentra la distribución de sus productos más interesantes cuando nos acercamos a Navidades. De todos modos, hablemos hoy de una de las cintas que sin duda más van a dar de qué hablar en este inicio de diciembre.
'Dejar el mundo atrás' cuenta como una familia alquila un casoplón cerca de la playa en unas improvisadas vacaciones donde todos parecen disfrutar, hasta que todo comienza a enrarecerse, llegando al culmen del misterio cuando a mitad de la semana se presentan dos personas que dicen ser dueños de la casa para refugiarse de lo que parece un ataque cibernético.
Estamos delante de una película de ciencia ficción que para entenderla en su contexto debemos citar a su director, Sam Esmail, la mente detrás de uno de los mayores éxitos televisivos de este siglo, Mr. Robot (2015-2019). Es muy importante este nombre porque el tono de apocalipsis tecnológico y conspiranoico es el mismo que nos encontramos en su nueva película.
Esto no es un gran film de guerra civil o invasión terrorista, porque toda la acción se concentra en un vecindario y más en concreto en la casa alquilada, donde las reglas de la realidad no paran de dar vueltas al relato creando una gran inestabilidad en la narración, donde siempre estamos por detrás de las acciones que ocurren. Mantener al espectador sorprendido y enganchado en un mundo en el que parece que lo hemos visto todo es un éxito rotundo de Esmail que sabe perfectamente cuando revelar las piezas del puzle.
Julia Roberts, Maharshala Ali y Ethan Hawke se lo pasan pipa sin perder nunca la seriedad dejándonos los mejores momentos sobre todo cuando interactúan entre ellos y la tensión de la cinta sube exponencialmente. Esa secuencia de baile entre Ali y Roberts al ritmo de 'Too Close' (Next, 1997), CINE.
Imagen procedente de IMDb
No quiero adentrarme mucho en lo que pasa porque sin duda uno de sus principales atractivos es lo sorpresivo de la trama, que aunque sepamos hacia donde va, las consecuencias están realmente bien trabajadas. Otra de las cosas más interesantes que se proponen es el claro subtexto filosófico de la propuesta que verbalizan constantemente los personajes (a veces demasiado subrayado) sobre la destrucción y maldad inherentes del ser humano y como cualquier contexto cultivado de forma adecuada puede llevar a la sociedad al colapso total.
El trabajo visual de Esmail y su director de fotografía, Tod Cambell, ayudan mucho a crear ese mundo de ciencia ficción evidenciado en un juego meta donde los planos asientan la ficción que se está narrando sin perder nunca la atmósfera de realismo y relevancia política de su mensaje. El continuo uso de planos en movimiento, encuadres imposibles, planos aberrantes y una estética muy pop y con mucho flow ayudan a mantener la atmósfera y por ende la atención del espectador.
Su principal problema son las cerca de dos horas y media de metraje, que en algunos puntos dejan tiempos muertos donde se pierde el hilo de la historia y caemos en vacíos de relleno donde justo ocurren los subrayados que mencionaba antes. Sin embargo, creo fervientemente que es uno de los discursos más interesantes del año -mucho mejor que el de 'Don't Look Up' (2021), sin duda- plasmados en un film que en gran parte es entretenido, visualmente llamativo y coherente, y con su punto de thriller mainstream que no creo que deje a nadie con mal sabor de boca.
★★★½
#Cinealaderiva
14 de diciembre de 2023